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Martes, 16 de Abril de 2024
Consejos Prácticos de Navegación
 

Cortesía en la navegación

Más allá de la definición y origen de las normas de cortesía ellas tienen y confieren a quienes las practican las virtudes del buen navegante. ¿Cuantos son los que me responderán con igual actitud de cortesía?: Si usted se ha hecho esa pregunta se ha formulado la pregunta del éxito.

La palabra cortesía es definida por el diccionario de la Real Academia Española como Demostración o acto con que se manifiesta la atención, respeto o afecto que tiene alguien a otra persona.

En la náutica deportiva la cortesía nace de la conducta de los oficiales de barcos de guerra que en sus ratos libres navegaban en pequeños veleros y trasladaron al yatchting sus costumbres nacidas en las grandes naves y en la conducta de los cortesanos de atención, respecto y afecto por la actividad de navegar y los que en ella se cruzaban..

Más allá de la definición y origen de las normas de cortesía ellas tienen y confieren a quienes las practican las virtudes del buen navegante.

¿Se puede aprender a ser cortés? Sin duda que la Cortesía parte de las condiciones naturales que una persona tiene en si. Sin embargo la mayoría de las conductas son posibles de ser aprendidas y muchas de ellas se vinculan con el sentido común y hasta en algunos casos con la seguridad.


Cortesía en El club:


Cortesía es saludar de manera agradable a aquellos con que nos cruzamos en la marina o el club. A la inversa sabemos y reconocemos a aquellos que nos tratan con cortesía. Y nos agrada mucho mas tratar con ellos que con otras personas. La cortesía de un club o marina se ve hacia los navegantes en el cuidado que tiene el lugar con las embarcaciones dejadas a su guarda y en el trato general que a sus usuarios la institución o empresa prodiga. El marinero que recorre los amarres durante o luego de una tormenta verificando estén correctos realiza un acto de cortesía por su parte y la del club al afectarse al cuidado de las embarcaciones que les han sido confiadas para su cuidado. Del mismo modo cuando un club cede por horas, días o semanas una amarra sin costo a un navegante local o extranjero, también realiza una cortesía. Debe diferenciarse absolutamente del cobijo que cualquier marina o club estaría obligado a dar a toda embarcación que por emergencia o desperfectos pidiera amarre.

Cortesía En Amarres o Puertos: La más elemental es el uso de defensas para proteger la embarcación propia y ajena. Las defensas por cortesía deben estar limpias, adecuadamente infladas y en cantidad y lugar conveniente. Y ser mantenidas en dicha situación. Ello en club o marina o en cualquier puerto que amarremos. En cualquier situación en que arribe una nave se procurará asistir desde el muelle. Recibiendo o arrojándole el cabo necesario para el atraque. En aquellos puertos que se fondea a la mediterránea se ha de tratar de arrojar el ancla evitando cruzarla por arriba de otros fondeos. Del mismo modo es necesario respetar el orinque que para señalar un fondeo algún capitán haya colocado. Los orinques también son parte de la cortesía de aquel que antes que nosotros ha fondeado. Desde luego que cuando debamos tomarnos en una maniobra de otro barco será de sumo respeto indicar un “permiso” y asirnos de elementos firmes cuidando de no deteriorar nada que toquemos y eligiendo adecuadamente que tocar o no tocar. Ni hablar en el caso que imperiosamente debiéramos poner un pie sobre la otra nave.

Para los veleristas es especial en su amarra (cualquiera sea) cuidar que su barco no tenga drizas bobas (aquellas que golpean por el viento contra el palo) y para los motoristas que sus habituales artefactos no produzcan ruidos o molestias a quienes están cercanos (nos referimos a descargas de aires acondicionados y heladeras). Vivir abordo serenamente y sin ruidos sobre todo a la hora del descanso es la conducta cortes que todos deseamos de un vecino de amarra.

En el caso de amarres en los que es necesario pasar por alguna embarcación las normas de cortesía indican se debe hacer (salvo gran confianza con su propietario) por la cubierta, evitando el paso por el Cockpit o timonera. Ello como un modo de respeto por la privacidad de la embarcación por la que se circula.

En amarres o puertos es de cortesía entregar claro cualquier cabo que se lance. De manera adecuada a la maniobra que se pretende. Siempre se procurara que en lo del propietario del cabo quede la mayor parte del mismo como cortesía de orden en la otra embarcación e indicación de propiedad del cabo. Y hasta resulta sumamente cortes realizar ida y vuelta con el cabo para no molestar al momento de liberar o ajustar los amarres.

Cortesía al momento de navegar: Los buenos navegantes atienden más allá de su propia nariz. En ese sentido la cortesía los acompaña al prever consecuencias que su navegación puede traer a otros con los que se encuentran o sobrepasan cuando van navegando. Del mismo modo frente a embarcaciones deportivas al ancla se tratará de llevar la mínima velocidad pues más de una vez se ocasiona de manera absoluta la caída de objetos, comidas o personas por oleajes violentos producidos sobre embarcaciones fondeadas. Es símbolo de cortesía el navegar por el veril que corresponde y aún ceder el paso a otra embarcación a los fines de maniobra. Ni hablar de respetar los turnos al momento de hacer combustible, agua o arribar a una marina, club o puerto. Navegando merece un especial párrafo: hoy los navegantes salen de un edificio, con su auto de una cochera y por una autopista llegan a una marina que es puro cemento. Y ahí abordan su barco (sea velero o motor) con la carga de agresividad que ese trayecto previo ciudadano le ha generado. Y luego su conducta no dista demasiado de la de un iracundo automovilista. Aunque este en su club o navegando. Es posible observar en la mayoría de los navegantes que mejoran su conducta náutico social cuando ya están alejados de su puerto de origen.

Ello les da tiempo de ver su aislamiento, su dependencia de los demás ante un suceso impredecible y la necesidad de establecer lazos correctos en la relación. La cortesía navegando es de especial aplicación ante embarcaciones menores en porte y ante embarcaciones fondeadas y abarloadas. Un párrafo especial merece la actitud solidaria. Al navegar y observar una embarcación en problemas es cortesía acercarse y ofrecer la ayuda que fuera necesaria. Siempre y cuando no comprometiéramos nuestra embarcación o personas abordo generando un problema mayor. De aquel que navegando hace caso omiso de la necesidad de otro se puede decir que en realidad es esa persona que no brinda ayuda la necesitada de ayuda.

Cortesía al ancla: La base de la cortesía en el momento del fondeo es fondear bien. No hacerlo con un ancla digna de un llavero. Fondear en el medio de un paso es una falta de cortesía para todos los que deban pasar. Además de una tentación para los problemas. Lo adecuado es fondear en los veriles. En el caso de borneos que dejen a una embarcación entorpeciendo el paso o en demasía cercana a otra embarcación se deberá mover el fondeo por parte del ultimo que hubiere arribado. Del mismo modo como hemos dicho anteriormente se evitara cruzar anclas sobre otros fondeos.
El aviso a otro navegante de circunstancias que hacen a su fondeo como a cualquier situación anormal de su embarcación es del mismo modo una cortesía obligada. Otra conducta cortes es advertir a cualquiera que ha de fondear sobre peligros o características de la zona adonde va a hacerlo si se lo viera como ignorante de ello.

Cortesía sobre si mismo: el mantenimiento de un medio lo más sano ecológicamente es el inmediato beneficio que cada navegante tiene para si mismo cuando cuida el agua adonde navega. No arrojar residuos, ácidos, combustibles, bolsas al agua es la base de esta cortesía que genera un medio mas valioso para nosotros mismos y quienes nos rodean.

Cortesía en las comunicaciones: La radio para comunicaciones en VHF es un medio que nos permite ejecutar la cortesía y tener inmediatos beneficios de ella. Es la pantalla adonde se refleja “todo el barco”. Saludar con buenos días, pedir por favor o por gentileza, hacer pausas para ver si otro usuario desea utilizar la frecuencia y agradecer las informaciones brindadas o la respuesta dada son la recompensa mínima que merece aquel que ha respondido a nuestro llamado. Se trate de la autoridad naval o portuaria, de otro barco o de un personal de un club. Y sin duda como en todas las pautas que hemos visto es el modo de manifestar nuestro respeto y cuidado por cada acto y persona con que tratamos.

¿Cuantos son los que me responderán con igual actitud de cortesía?: Si usted se ha hecho esa pregunta se ha formulado la pregunta del éxito. Un diez por ciento de todas las personas o situaciones que usted trate con cortesía no le han de responder adecuadamente. Sin embargo el noventa por ciento que si responde de manera correcta le da razón y sabor a nuestro esfuerzo y dedicación a tratar a los demás con nuestra mejor consideración y cuidado.


 
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