La Volvo Ocean Race afronta otras 48 horas insoportables
Etapa 6
La flota de la Volvo Ocean Race afronta otras 48 horas insoportables mientras adentran en otra enorme zona de calmas. Es el colmo de la desesperación. Cuando parecen haber acabado los angustiosos Doldrums, el clima cambia y surge una nueva zona de calma chicha.
En estos momentos, frente a la flota hay una extensa zona de una 400 millas que se extiende hasta el sur hasta Nueva Caledonia, obstaculizando gravemente el avance hacia Nueva Zelanda cuando la Etapa 6 entra en su 14 ° día. Y con la línea de meta de Auckland aún a más de 1.500 millas de distancia, echar un vistazo a la previsión meteorológica es un ejercicio descorazonador, sin señales de que el viento vaya a subir a corto plazo.
Bouwe Bekking, patrón del Team Brunel, resumía el sentir de la flota: "A veces creemos que tenemos el mejor deporte del mundo, pero en días como estos, creo que la mayoría de la tripulación cree que también puede ser un deporte estúpido".
Además de luchar contra los elementos, las batallas en el agua se han vuelto personales, con la flota de seis barcos dividida en parejas, compitiendo como si estuvieran haciendo tres match-races en el medio del océano.
El Sun Hung Kai / Scallywag y el team AkzoNobel continúan liderando en la bajada hacia el sur, con el Turn the Tide on Plastic y el Team Brunel codo con codo unas 80 millas hacia el noreste, pero solo 20 millas detrás de los líderes. Cincuenta millas más al sur, y 75 millas detrás de los líderes, MAPFRE y Dongfeng Race Team continúan buscando reengancharse a la etapa, separados por menos de una milla. Xabi Fernández reflexionaba sobre su particular duelo.
"Hemos vuelto a pasar el día pegados al Dongfeng, que lo tenemos aquí al lado. La verdad es que ya se está haciendo un poco pesado. Hemos tenido actividad de nubes por la mañana, en un momento perdimos unas cuatro millas con él y durante el día hemos ido recuperando, ahora está otra vez a menos de una milla a barlovento. Es muy difícil separarse de él e imagino que para ellos tampoco es fácil. Al menos con esto estamos muy entretenidos y es más fácil pasar estos pozos sin viento", afirma.
Los tripulantes muchas veces tienen mucho respeto a las tormentas, que son físicamente extenuantes; sin embargo, la falta de viento lleva a los regatistas al límite del cansancio mental mientras buscan desesperadamente una ruta que les pueda proporcionar la más mínima ventaja de velocidad sobre sus rivales.
La causa del gigantesco agujero de viento es una gran tormenta, Gita, que actualmente azota la isla sur de Nueva Zelanda y que ha matado a los alisios, permitiendo que los Doldrums crezcan hasta proporciones épicas.
Todo lo que pueden hacer los equipos es intentar la mejor aproximación a la ruta más rápida hacia el sur, aprovechar al máximo el clima local que se les presente y cruzar los dedos para que las predicciones sean incorrectas.
La incertidumbre y la frustración se comparten en toda la flota. "Parece como si estuviéramos en tres regatas, no estamos seguros de quién está jugando la final, quién está jugando las semifinales y quién juega por la cuchara de madera", decía una desconcertada Dee Caffari, patrona del Turn the Tide on Plastic.
La clave para escapar será llegar antes al viento nuevo. Pero falta por ver qué pareja será la que lo consiga primero.
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